lunes, 12 de mayo de 2014

Electróforo




Frotamos una plancha de plástico con la piel de gato. Muchos de los electrones de la piel de gato pasan al plástico por lo que queda cargado negativamente. A continuación, colocamos el electróforo sobre dicha plancha y algunos de esos electrones pasan al electróforo, quedando en su superficie. Lo tocamos con el dedo, lo que provoca que los electrones pasen por nuestro cuerpo a tierra y quede cargado positivamente el electróforo. Al acercar el electróforo cargado positivamente a un electroscopio, vemos que las dos láminas de aluminio se separan, pues ambas se cargan con cargas positivas y se repelen. 


Hipótesis:

En un primer momento, se carga la superficie del electróforo mediante fricción por rozamiento, quedando cargada negativamente. Pero si tocamos con el dedo, la carga pasará a través de nosotros a tierra, y su potencial, que era negativo, se igualará quedanado en 0.
A continuación, acercamos el electróforo al electroscopio, y viendo que el primero no está cargado, no debería pasar nada.
Vemos que al contrario de lo que pensábamos, las dos placas metálicas del electroscopio se separan.
¿Qué ha pasado?

La explicación se debe a que la carga que posee el electroscopio genera por inducción una carga eléctrica en el electróforo, distribuyendo sobre las dos láminas metálicas la misma carga eléctrica y generando por tanto una repulsión entre ellas.





 

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